
Los primeros días de jardín o escuela son una experiencia significativa tanto para los niños como para sus familias. Marcan el inicio de una nueva etapa llena de descubrimientos, aprendizajes y también de desafíos emocionales. Para muchos niños, es la primera vez que pasan varias horas lejos de casa, y para los padres, el primer gran “despegue”. Acompañar esta transición con sensibilidad, preparación y amor puede hacer toda la diferencia. En este artículo, te explico cómo apoyar a tu hijo antes, durante y después de sus primeros días en el jardín o la escuela.
Por qué esta etapa es tan importante
El ingreso al jardín representa mucho más que un cambio de rutina. Para el niño, implica:
- Separarse de su figura de apego
- Adaptarse a nuevos adultos y compañeros
- Entender normas diferentes a las de casa
- Comenzar a construir su identidad social
Una adaptación respetuosa y acompañada ayuda a que este proceso sea más seguro y positivo.
Preparativos antes del primer día
Habla sobre la escuela con anticipación
Cuanto más preparado emocionalmente esté tu hijo, más confianza sentirá.
- Cuéntale cómo será el lugar: qué hará, con quién estará, qué cosas nuevas aprenderá.
- Usa cuentos o juegos simbólicos sobre el jardín o la escuela.
- Evita frases como “te vas a portar bien, ¿verdad?” y reemplázalas por “te vas a divertir y yo voy a estar esperándote”.
Visiten juntos el lugar
Si es posible, hagan una visita al jardín o escuela antes del primer día. Caminar por los espacios, conocer a las maestras o mirar los juguetes puede generar una sensación de familiaridad que le dará más seguridad.
Crea rutinas previas similares
Una semana antes, comienza a establecer horarios similares a los que tendrá en la escuela:
- Hora de despertar
- Hora de desayuno
- Hora de siesta (si aún hace)
- Preparar la mochila juntos
Esto ayuda a reducir el impacto de los cambios.
Elige juntos algunos objetos
Permitirle elegir su mochila, botella de agua o ropa puede darle un sentido de pertenencia. También puede llevar un objeto de apego (un peluche pequeño o un pañuelo con tu aroma) para sentirse acompañado.
Qué hacer durante los primeros días
Transmite seguridad y confianza
Tu actitud es fundamental. Si tú muestras ansiedad o tristeza, tu hijo lo percibirá.
- Despídete con una sonrisa, aunque por dentro sientas nervios.
- No alargues la despedida, pero tampoco desaparezcas sin avisar.
- Usa frases como “te vas a quedar un ratito, y después vengo a buscarte”, en lugar de “no llores”.
Mostrar firmeza amorosa le ayuda a entender que, aunque es difícil separarse, estás segura de que todo saldrá bien.
Respeta el proceso de adaptación
Cada niño tiene su propio ritmo. Algunos se adaptan en pocos días, otros necesitan semanas. Es normal que:
- Lloren al separarse
- Se resistan a entrar
- Estén más demandantes en casa
Evita forzar. Habla con los docentes sobre el plan de adaptación. Muchas escuelas permiten acompañar los primeros días por lapsos cortos.
No minimices sus emociones
Frases como “ya eres grande” o “no pasa nada” pueden hacerle sentir que sus emociones no son válidas.
Mejor decir:
- “Sé que te da tristeza separarte de mí, es normal”
- “Es un lugar nuevo, y lleva tiempo acostumbrarse”
- “Estoy orgulloso de cómo estás enfrentando esto”
Nombrar lo que siente y acompañarlo es más efectivo que negar o evitar el tema.
Qué hacer en casa durante la adaptación
Refuerza el vínculo
Al llegar a casa, dedica tiempo exclusivo a jugar, leer juntos o simplemente hablar. Esto compensa el esfuerzo emocional que hace en la escuela.
Mantén rutinas claras
Los límites y horarios constantes brindan contención. Asegúrate de que duerma bien, coma tranquilo y tenga momentos de calma en casa.
Hablen sobre su día
Sin presionar, pregunta:
- “¿Qué fue lo que más te gustó hoy?”
- “¿Con quién jugaste?”
- “¿Hubo algo que no te gustó?”
Escuchar sin juzgar ni corregir fortalece la confianza.
Celebra los pequeños logros
Valora cada paso: el día que no lloró, cuando entró solo, cuando saludó a un compañero. Reforzar positivamente lo ayuda a sentirse capaz.
Qué hacer si no se adapta
Si después de varias semanas tu hijo sigue mostrando un alto nivel de angustia o rechazo:
- Habla con las docentes para observar su comportamiento en el aula
- Evalúa si el horario es muy extenso
- Revisa si hay algo más que pueda estar afectando (cambios en casa, falta de sueño, estrés)
Si es necesario, consulta con un profesional (psicólogo infantil o terapeuta familiar). A veces, una pequeña intervención a tiempo evita grandes dificultades más adelante.
Y si tú también lo estás pasando mal…
Es completamente normal. La separación duele, sobre todo si es el primer hijo o si nunca antes estuvo tantas horas lejos de ti.
Permítete sentir, llorar, extrañar. Habla con otros padres que pasaron por lo mismo. Recuerda que no es egoísmo querer tiempo para ti ni es abandono dejarlo en la escuela.
Estás ayudando a tu hijo a crecer, a confiar en otros y a descubrir el mundo.
Una etapa llena de oportunidades
Los primeros días de jardín o escuela son una montaña rusa de emociones. Pero también son una puerta a nuevos vínculos, aprendizajes y experiencias que enriquecerán la vida de tu hijo.
Acompañarlo no es evitar que sufra, sino estar presente para sostenerlo mientras enfrenta lo nuevo. Con amor, paciencia y presencia, esta etapa puede ser el inicio de una aventura maravillosa.